El concepto de modelo de madurez está siendo utilizado para la medición del grado de madurez en la transformación digital y la definición de una ruta de implementación por la que las empresas deben moverse para ir progresando y elevar dicho grado.
El modelo de madurez desarrollado por el Centro de Negocios Digitales del MIT, el Cociente Digital de McKinsey, el modelo del grado de preparación en Industria 4.0, entre otros son algunos ejemplos de metodologías utilizadas con este fin.
En este documento revisaremos el modelo del MIT:
A principios de de la década pasada el Centro de los Negocios Digitales del MIT realizó un estudio a 400 empresas donde entre otras cosas se estudiaron las iniciativas y las oportunidades digitales que estaban siendo aprovechadas por estas empresas (Westerman, Bonet y MacAfee 2012), de dicho estudio se generó el modelo de madurez digital que describe cómo diferentes empresas están atacando y aprovechando las oportunidades digitales, el modelo se basa en dos dimensiones:
- La intensidad digital mide la inversión en iniciativas tecnológicas para cambiar la gestión operativa de la empresa (relación con clientes, operaciones, modelo de negocio). Muchas organizaciones están invirtiendo mucho en esta dimensión, pero los problemas vienen en muchos casos de la falta de una estrategia coordinada y de la desorganización.
- La intensidad en la gestión de la transformación. Las organizaciones situadas a lo largo de esta dimensión están creando internamente las capacidades de liderazgo necesarias para transformar digitalmente y de manera integral toda la organización.
Una dimensión responde más a la tecnología, la otra a la cultura. Una tiene que ver más con el “hardware”, la otra con el “software”. Una atiende a lo que antes llamábamos cultos y hábitos, y la otra a los objetos y las tecnologías.
Su combinación nos da como resultado una sencilla matriz de cuatro elementos que describe cuatro grados distintos de madurez digital:
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Digital Beginners: Organizaciones que han implantado soluciones tecnológicas, y aunque algunas de ellas aportan valor al negocio pero la mayoría no lo hace. Falta una estrategia coordinada y visión de transformación integral.
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Digital Fashionistas. Organizaciones fuertemente motivadas para provocar el cambio digital pero con una estrategia que no está basada en un conocimiento real de cómo esta transformación puede y debe aportar valor al negocio. Estas organizaciones a pesar de encontrarse en situaciones de madurez en algunas de sus unidades de negocio, carecen aún de una estrategia global como organización.
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Digital Conservatives. Organizaciones mesuran la innovación. Entienden la importancia de la estrategia, de la coordinación, de las cuestiones de gobernanza y de la cultura organizacional para poder abordar un proceso de transformación, son poco creyentes sobre el valor de lo digital en estos procesos. Aunque dispuestos a invertir en cambio digital, su extrema mesura en la manera de abordar estos temas les hace perder oportunidades.
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Digirati. Organizaciones que saben cómo aportar valor al negocio desde la transformación digital. Combinan visión y gobernanza con el compromiso por la inversión. Gracias a la visión global y a la integración de toda la organización en la estrategia de transformación digital logran desarrollar una cultura digital que les permite implementar cambios efectivos a su modelo de negocio.