En los últimos años, las tendencias de bienestar organizacional han dirigido su atención al impacto que tienen los factores psicosociales en el lugar de trabajo. Los nuevos esquemas laborales han buscado poner al centro de la planeación estratégica elementos extrínsecos que impactan negativamente el alcance de metas y objetivos, pero sobre todo que inciden mermando la calidad de vida de las y los colaboradores. Factores como el estrés, el agotamiento emocional (burn-out), el acoso psicológico (mobbing) y otras formas de violencia en el trabajo se reconocen actualmente como problemas globales, que afectan a todos los países, todas las profesiones y todos los trabajadores.
A partir de nuevos acercamientos hoy sabemos que estos factores pueden tener un impacto enorme sobre la salud, el ausentismo y el desempeño de los trabajadores. El acelerado ritmo de los cambios en los esquemas laborales y la importante carga que ha dejado a su paso la emergencia sanitaria global, ha traído como consecuencia la ruptura de enfoques tradicionales del desarrollo organizacional y hoy se miran con una óptica más integral y totalmente basada en el fortalecimiento de habilidades blandas, habilidades sociales e inteligencia emocional.
En este contexto es que hoy nacen propuestas de atención e intervención integral en los elementos de una salud integral que conllevan al desarrollo de un estado de bienestar. Globalmente, las organizaciones han encaminado sus esfuerzos a desarrollar estrategias y planes de acción que permitan la identificación de factores psicosociales, asociados principalmente al estrés laboral, mejorando las prácticas preventivas e incorporando medidas de promoción de la salud, como la buena nutrición, el ejercicio y otros hábitos saludables de vida que contribuyen al bienestar de los trabajadores.
En ese contexto, la Organización Internacional del Trabajo promueve SOLVE, la estrategia integral de promoción de la salud vinculada a las políticas de Seguridad y Salud en el Trabajo (SST) para beneficiar tanto a los trabajadores como a los empleadores, al contribuir al bienestar a largo plazo de los trabajadores y sus familias, y al reducir la presión sobre los sistemas de salud, bienestar y seguridad social.
Con la implementación de estrategias integrales de promoción a la salud, los centros de trabajo logran desarrollar estrategias de salud y resiliencia organizacional para fortalecer las prácticas de salud en el trabajo, contribuyendo al desarrollo de una cultura de la prevención.
La OIT diseñó SOLVE con el objetivo de integrar la promoción de la salud a las políticas de SST en el lugar de trabajo bajo el siguiente enfoque:
Salud psicosocial:
– estrés;
– violencia psicológica y física;
– estresores económicos. a Potenciales adicciones:
– consumo de tabaco;
– consumo de alcohol y drogas.
Hábitos saludables de vida:
– nutrición;
– ejercicio o actividad física;
– sueño saludable.
Al abordar estos problemas los patrones y los representantes de los trabajadores pueden contribuir al bienestar de los trabajadores, a una mejor productividad, una menor rotación, disminuir ausentismo y a un aumento considerable en la salud y la resiliencia organizacional.